domingo, 5 de julio de 2015

Grecia es UE SI o NO. DemoEuroCracia o referendums.

Papeleta del referendum griego




El Referendum convocado por el gobierno griego pone un punto y aparte en las negociaciones que Tsipras y Varufakis han mantenido durante los últimos meses con la llamada Troika (BCE, Comisión Europea y el FMI) para intentar un nuevo rescate a Grecia.
Mas allá de las condiciones económicas que unos imponen, otros proponen y todos rechazan está en juego la credibilidad política de la Unión Europea y esta no va a depender tanto del resultado del referendum como se pretende. Posiblemente Syriza abandone el poder si el SI gana, ya que los griegos habrán decidido dar la espalda a la ausencia de concreciones en las conversaciones europeas. Las colas desesperadas en los cajeros de los bancos griegos tras una semana de "corralito" influirán notoriamente en el voto. 

 Tsipras ha descargado en su pueblo la responsabilidad de su futuro en el referendum que se celebra hoy. Después de haberse aceptado muchos de los requerimientos del gobierno griego por sus acreedores, Tsipras parece estar diciendo a su país :¿no queríais democracia?. ¡Vuestra es!.

"¿Debe ser aceptado el borrador para un acuerdo de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, presentado el 25 de junio y que está formado por dos partes, resumidas en una sola propuesta?. El primer documento lleva por título 'Reformas para completar del actual programa y más allá' y el segundo 'Análisis preliminar de sostenibilidad de la deuda'".

El problema más allá de que los que votan no entiendan la pregunta comenzó en el momento
Yanis Varufakis, Ministro de Finanzas de Grecia
en el que los griegos eligieron a Syriza que prometía no apartarse en el "Juego del Gallina" ante la Unión Europea. Para quien no lo conozca, consiste en dos adversarios que siguen una trayectoria frontal hasta que uno de los dos -el gallina- se aparta. Y así, enviaron a Varufakis que cumplía todos los requisitos de un gallo de pelea de primera división: economista de reconocido prestigio, discurso firme pero respetuoso y lo que más parece importar a la prensa (que no es lo mismo que la opinión pública, aunque esto sólo puede aplicarse a los griegos que bastantes preocupaciones tienen ya), una estética un tanto chulesca. La Troika le ha ido relegando hábilmente a un segundo plano hasta conseguir que fuera Tsipras quien tomará el mando de las negociaciones. Así el problema dejaba de ser puramente económico para convertirse en un problema de Estado, del Estado griego y no de uno de los Estados miembros de la UE y de la Eurozona.



Se está interpretando el NO como un acto de rebeldía de los griegos legitimado por un referendum que no han pedido y al que no saben que responder porque desconocen cual es la pregunta y aún menos cuales son las consecuencias de la respuesta a esa pregunta ininteligible.
Sorprende la ausencia de apoyo por parte del resto de los ciudadanos europeos a una negociación que beneficie a la Unión Europea. Entiendase beneficio no como a un aseguramiento de la economía, sino a la necesidad de una muestra -al fin- de una Unión fuerte y realmente unida. Tal vez no sea tan descabellada la recomendación de Obama de llegar a un acuerdo que no separe a Grecia, más si cabe, de la Unión Europea por su cercanía cada vez mayor a Rusia. El canoso y perenne fantasma de la guerra fría goza de una salud envidiable desde que Putin campa por sus respetos en esa Ucrania que también quiere ser europea...
Además, si Grecia forma parte de la Unión Europea y el futuro de ambos está en juego, ¿por qué los europeos -TODOS- no claman por decidir sobre su futuro?
Es facíl caer en la nostalgia del pasado glorioso griego, cuna de la primera Europa para defender su permanencia en la Unión Europea presente pero, es hora de mirar hacia adelante. No es una cuestión de solidaridad. Algún mandatario europeo de cuyo nombre no quiero acordarme, parece desconocer que en el momento en que Grecia firmó el tratado de adhesión se convirtió en miembro de pleno derecho de la UE y a sus ciudadanos en europeos. No necesita solidaridad, sino soluciones y respeto.

Es responsabilidad y no solidaridad buscar el modo de que uno de los miembros de la Unión deje de ser causa de la desunión de todos por un puñado de euros. Unos, otros, todos son Europa, deban lo que deban.
Tal vez, algún día, la Unión Europea tenga que agradecer a Grecia habernos puesto en el filo de la navaja, para de una vez por todas poner los medios necesarios para que sus ciudadanos no dependan de políticas monetarias erróneas y de políticas estatales egoístas. Un poco mas de gobierno del pueblo por y para Europa no nos vendría nada mal.

Silvia Brasa


2015